lunes, 4 de abril de 2011

Importancia de la Economía

Curiosamente, a pesar de que pudiera parecer lo contrario, la economía tiene consideración muy relativa en la vida de las personas. Para la mayoría de la gente, la economía se reduce a muy pocas cuestiones, en particular a todo lo que se refiere a su trabajo o empleo, a la propia manutención y a la de la familia, a lo que se puede ahorrar a través del trabajo, y no muchas cosas más.
            Este desinterés generalizado existente por cuestiones económicas, proviene de muy diversas fuentes, que de todas ellas la más importante, a mi juicio, es la debida al prejuicio que la mayoría de los individuos comunes tienen sobre la economía.
            Esto obedece a patrones subjetivos, ya que desde la escuela primaria, secundaria hasta la Universidad, por lo general, las materias económicas tienen por parte de los profesores, un tratamiento muy deficiente; además, la poca gente que estudió economía, tiene una visión de esta materia, que se arrastra desde la década de los setenta del siglo veinte, con su profunda profusión de ecuaciones diferenciales, cálculos, curvas y matrices, que les daría un doble motivo a la mayoría de las personas, para considerar a la economía como una especie de ciencia oculta; indescifrable, o como mucha gente me dice, creyéndolo, una ciencia atinente únicamente al campo de los contadores. Esta frecuente confusión de las personas comunes entre los contadores y los economistas, por lo cual cree que son la misma cosa, hace, a las claras, a la honda confusión existente en torno a la economía, y por lo tanto, al consiguiente desinterés, indiferencia e incluso, hostilidad, que la gente común y corriente siente por ella.
            Sin embargo, según explicaron los autores de la escuela austriaca economía, en especial Ludwig Von Mises, la economía no es ninguna otra cosa, que la ciencia de la acción humana. Es tan simple como decir que economizar es actuar, elegir, optar, por diferentes cursos de acción. Con éste enfoque austriaco de la economía, la situación cambia abismalmente y se advierte, tanto la importancia de esta disciplina como que no se trata de ninguna otra cosa que del propio actuar humano.
            En este sentido amplio de la ciencia económica, podemos advertir que esto, no es nada más que lo que los seres humanos hacemos cotidianamente. Desde los actos más triviales y aparentemente insignificantes, hasta los más complejos, donde se encuentran involucradas transacciones por sumas siderales. Desde comprar una golosina en un quiosco; hasta invertir millones de dólares en la construcción de una empresa, o una industria, ya sea siderúrgica o una planta atómica, todos, absolutamente todos los actos de los seres humanos son actos económicos.
            Esto, naturalmente; resultará sumamente extraño a la mayoría de las personas, las que como, ya hemos explicado anteriormente, no están muy familiarizadas con los conceptos básicos de la economía, apenas tienen algunas ideas erróneas, las que lamentablemente fueron inculcadas en las escuelas, y que se hallaron profundizadas en el error si es que tales personas tuvieron acceso a la universidad pública e incluso, a las actuales universidades privadas, que en su mayoría propagan los mismos errores económicos que solo contribuyen a confundir a la gente más de lo que ya la gente está confundida.
            Pero, aunque la mayoría de las personas no tenía idea de ello; y sigue sin tenerla, existe otra economía; la economía real, la verdadera, la de la acción humana, lo que no es por cierto, un descubrimiento nada nuevo, sino que data del año 1871, donde en Viena, Austria, un grupo de estudiosos se lanzó a la investigación de lo que más tarde sería denominada la Escuela Marginalista de la Economía o como también se la llama, la Escuela Austriaca de la Economía.
            En rigor; deberíamos ser más claros y decir que lo que la gente normalmente conoce como economía es -en realidad-, una pequeña parte de una ciencia mucho más general que recibe el nombre de Praxeología, a pesar de lo dificultoso que pudiera parecer el término, el mismo no significa otra cosa, traducido del griego, que lo que venimos explicando arriba, Praxeología es el nombre que Mises le dio a la ciencia de la acción humana. A los actos estrictamente económicos, -los que se tienen por tales en el conocimiento vulgar- como comprar y vender, en realidad, reciben el nombre de actos catalácticos. El resto de los actos, de todos los actos humanos, son Praxeología pura, y son estudiados por esta ciencia.
            En lo político, el acto de votar es un acción de naturaleza praxeológica, aunque claramente sea una redundancia formularlo de esta manera, porque como bien decía Mises, toda acción, por su propia naturaleza es praxeológica. Hablar de una acción praxeológica no es ninguna otra cosa que una tautología.
            De modo tal, que hay una continua y permanente interacción entre las acciones catalácticas y praxeológicas. Cuando decimos acciones: naturalmente, estamos aludiendo a decisiones, ya que toda acción, está precedida de una decisión, y esto lo aclaramos porque hay “acciones” a las que incorrectamente le damos ese nombre, cuando no son más que reacciones conforme explica la Praxeología de Mises, la acción siempre es deliberada y todo acto que no resulte de una previa deliberación no deberá reputarse acción, sino que será una mera reacción.
            Las decisiones que las personas adoptan permanentemente están todas vinculadas entre sí, no hay compartimientos estancos en el marco de la acción. Por ejemplo; habitualmente la gente cree que el acto de votar es solamente adoptar decisiones en materia política, esto es un error porque las personas a las que se están votando, en el caso de ser electas, asumirán cargos directivos y tomarán decisiones con respecto a los asuntos económicos del país, es decir, que afectarán a la gente que conforma ese país. Entonces, vemos con claridad, el error generalizado de creer que al votar, sólo se están adoptando decisiones políticas. Por el contrario, se están tomando decisiones de un doble carácter, es decir, tanto políticas como económicas.
            Desde otro ángulo, cuando realizamos transacciones comerciales, y en un marco de una economía con una fuerte intervención estatal como la gran mayoría de las economías contemporáneas, también nos encontramos abrazando decisiones de tipo político, aunque creamos que únicamente son de naturaleza económica. Pongamos un ejemplo; sabemos que la mayoría de los artículos que consumimos están gravados con impuestos y, más que la mayoría, podríamos decir que todos los artículos que compramos están afectados por diferentes tipos de impuestos y en diferentes proporciones.
            Al consumir unos artículos y descartar otros, abonamos unos impuestos y dejamos de abonar otros. Si retenemos la idea cierta que todo impuesto tiene como destino final las arcas del estado, o mejor dicho, del gobierno de turno, el ejemplo permite visualizar con claridad, que lo que creíamos un acto meramente económico, no deja de ser económico sin duda, pero también tiene consecuencias en lo político. Claro que, en los consumos pequeños esta incidencia puede parecer mínima, vista desde lo exclusivamente particular. Esto en lo individual; pero si se generaliza hasta los millones de personas que consumen en un país en forma diaria; podemos comprender la magnitud de los enormes ingresos que genera en materia de impuestos como renta, cualquier gobierno, recordando que prácticamente todos los artículos de consumo están gravados por algún impuesto; el más popular y más conocido, pero no el único, es el famoso IVA.
            Para la gran mayoría las personas; como decíamos al principio, la economía no tiene ninguna importancia ni ninguna trascendencia y la consideran una mera disciplina ajena a sus inquietudes personales de sus problemas particulares, mayormente no tienen conciencia de la forma que través de sus acciones; es decir, elecciones económicas, afectan al mundo político, y más concretamente, a los políticos que detentan el gobierno de turno, para los cuales los ingentes recursos económicos son, por sobre todas las cosas, el objetivo prioritario que tienen in mente, y por el cual -normalmente- se movilizan, más en un contexto como el nuestro.
Como conclusión podemos decir, que el estudio de la Ciencia Económica es de vital importancia para la Sociedad contemporánea ya que si se logra entender cómo funciona la economía de una Sociedad determinada se da el primer paso para mejorar las condiciones de vida de la población.
De aquí que una reflexión sobre los supuestos y fundamentos en que descansa la teoría económica es crucial para contar con el instrumental de análisis más apropiado para comprender el fenómeno económico.

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